De falsos rescates y otras cosas
Hace unas
semanas se vive un clima, una atmósfera política, enrarecida, por momentos,
podríamos decir turbulenta, con un marcado hedor de promesas de campaña incumplidas, de informalidad, de desgobierno. Por momentos
pareciera que viviéramos en una país de cartón, caricaturesco, un país del cómic.
Y es que las
declaraciones y afirmaciones tajantes de
los ministros del interior y de defensa, acerca de la muerte de la niña Zoraida Caso, en un operativo
antiterrorista en Junín. no dejan sino suscitar una serie de dudas y
contradicciones, de preguntas sin contestar, de sarcasmos, burlas tragicómicas
y por momentos de nauseabunda putrefacción que a todos nos indigna y por
momentos nos conmueve.
Las afirmaciones más
comentadas son acerca de como el grupo de militares que iban a
rescatar a supuestos niños cautivos por sendero luminoso, los llamados “pioneritos”,
pudieron dar con el paradero de estos avezados
delincuentes, nada menos que a través del ladrido de un can superdotado de
agudo olfato contrasubversivo, lo cual no solo dejo anonadados a los propios
miembros del ejército participantes del asalto y supuesta balacera en ranrapata,
sino que además ha dejado anonadados a la prensa, nacional e internacional, a
los más duros defensores del gobierno de turno y al público en general.
Es hasta cierto punto
un relato inverosímil, ficticio, cinematográfico y hasta sacado de una gráfica humorística picara y mordaz de algún diario capitalino.
Pero, no. Es la declaración de un ministro que supuestamente encabeza la lucha
contra el terrorismo en el Perú. Las críticas por supuesto no se han hecho
esperar, a tal punto de poner en tela de juicio la capacidad y razón propia del
ministro.
No por ello
pierden credibilidad las declaraciones
justificadoras; al más puro estilo inquisidor de la santa iglesia católica del
siglo XVI; del cardenal Juan Luis Cipriani. Al respecto. señalo en tono sacro “la niña ya esta
muerta” ante la atónita mirada del periodista que lo entrevistaba y que no
daba crédito de lo que estaba escuchando, más aun ,proviniendo de un defensor en teoría del derecho a la
vida, como lo es un representante de la iglesia, prosiguió “lo único que
podemos hacer es rezar por su alma”
Pero
prosigamos con el punto central de este artículo. Lo que la prensa describió, posteriormente
a cerca del operativo de ranrapata, fue
algo sacado propio del libreto de Vladimiro Montesinos, que nos congelo la
sangre y nos hizo recordar las épocas de los psicosociales, además se desnuda
la real naturaleza de quien según la prensa y la opinión publica maneja los
hilos del gobierno.
Nadine
Heredia, el poder tras el trono, como muchos la han llamado, habría ordenado la
detención de casi tres horas de los niños traidos de Junin, en el aeropuerto. Hasta
que ella y la ministra de la mujer Ana jara, pudieran venir a posar y tomarse la
foto mediática del momento, por supuesto con características de portada de
revista de espectáculos y en la cual se mostraba a los niños siendo cargados y abrazados por la
primera dama y la ministra, después de haber sido rescatados de las garras de
una sanguinaria y criminal organización como es sendero en el VRAEM.
Lo que la
prensa denuncio posteriormente, es que los llamados niños en cautiverio ,
jamás lo estuvieron. Que nunca hubo el tan anunciado y publicitado operativo. No habían senderistas, sino solo pobladores que habían pernoctado y tomado un
asentamiento abandonado por estos sediciosos. Lo peor, durante un confuso
incidente, murió la pequeña caso, y no solo eso, sino que además sus hermanos
fueron traídos a lima, prácticamente secuestrados y esto es lo más grave, por
fuerzas y autoridades del gobierno.
La población
del lugar reconoció que el sitio es transito obligado de terroristas, pero en ningún momento que la madre de la menor
muerta y los niños traídos a lima, eran o tenían relación alguna con sendero
luminoso. Es más ninguno de los pobladores, eran senderistas. Fueron dramáticas
las imágenes de cómo la pequeña fue enterrada, sin presencia de su madre; por
encontrarse en lima, reclamando a sus hijos de las manos del gobierno; ni del
padre, quien esta desaparecido.
Solo se vio un
pueblo indignado, que pedía se esclarezca la muerte de una niña y que hoy en día tienen en sus mentes la imagen de un ejército represor, abusivo, y criminal,
cosa que debilita la lucha contra el terrorismo en el país.
Es una maraña
de mentiras tejidas alrededor de un operativo de rescate fantasma, y que
se une a los expedientes del mal llamado operativo Libertad, a las muertes de
campesinos por el proyecto minero conga, a.los negociados de Alexis Humala, las
declaraciones y proyectos feudales y gamonales de Antauro Humala, entre otros
casos.
EL EDITOR.
0 comentarios:
Publicar un comentario