sábado, 22 de septiembre de 2012

Editorial


De falsos rescates y otras cosas


Hace unas semanas se vive un clima, una atmósfera política, enrarecida, por momentos, podríamos decir turbulenta, con un marcado hedor  de promesas de campaña incumplidas,  de informalidad, de desgobierno. Por momentos pareciera que viviéramos en una país de cartón, caricaturesco, un país del cómic.

Y es que las declaraciones y afirmaciones tajantes  de los ministros del interior y de defensa, acerca de la muerte de la niña Zoraida Caso, en un operativo antiterrorista en Junín. no dejan sino suscitar una serie de dudas y contradicciones, de preguntas sin contestar, de sarcasmos, burlas tragicómicas y por momentos de nauseabunda putrefacción que a todos nos indigna y por momentos nos conmueve.

Las afirmaciones más comentadas son acerca de como el grupo de militares que iban a rescatar a supuestos niños cautivos por sendero luminoso, los llamados “pioneritos”, pudieron dar con el paradero de estos  avezados delincuentes, nada menos que a través del ladrido de un can superdotado de agudo olfato contrasubversivo, lo cual no solo dejo anonadados a los propios miembros del ejército participantes del asalto y supuesta balacera en ranrapata, sino que además ha dejado anonadados a la prensa, nacional e internacional, a los más duros defensores del gobierno de turno y al público en general.

Es hasta cierto punto un relato inverosímil, ficticio, cinematográfico y hasta sacado de una gráfica  humorística picara y mordaz de algún  diario capitalino. Pero, no. Es la declaración de un ministro que supuestamente encabeza la lucha contra el terrorismo en el Perú. Las críticas por supuesto no se han hecho esperar, a tal punto de poner en tela de juicio la capacidad y razón propia del ministro.

No por ello pierden credibilidad  las declaraciones justificadoras; al más puro estilo inquisidor de la santa iglesia católica del siglo XVI; del cardenal Juan Luis Cipriani. Al respecto. señalo en tono sacro “la niña ya esta muerta” ante la atónita mirada del periodista que lo entrevistaba y que no daba crédito de lo que estaba escuchando, más aun ,proviniendo  de un defensor en teoría del derecho a la vida, como lo es un representante de la iglesia, prosiguió “lo único que podemos hacer es rezar por su alma”

Pero prosigamos con el punto central de este artículo. Lo que la prensa describió, posteriormente a cerca del operativo de ranrapata, fue algo sacado propio del libreto de Vladimiro Montesinos, que nos congelo la sangre y nos hizo recordar las épocas de los psicosociales, además se desnuda la real naturaleza de quien según la prensa y la opinión publica maneja los hilos del gobierno.

Nadine Heredia, el poder tras el trono, como muchos la han llamado, habría ordenado la detención de casi tres horas de los niños traidos de Junin, en el aeropuerto. Hasta que ella y la ministra de la mujer Ana jara, pudieran venir a posar y tomarse la foto mediática del momento, por supuesto con características de portada de revista de espectáculos y en la cual se mostraba  a los niños siendo cargados y abrazados por la primera dama y la ministra, después de haber sido rescatados de las garras de una sanguinaria y criminal organización como es sendero en el  VRAEM.

Lo que la prensa denuncio posteriormente, es que los llamados niños en cautiverio , jamás lo estuvieron. Que nunca hubo el tan anunciado y publicitado operativo. No habían senderistas, sino solo pobladores que habían pernoctado y tomado un asentamiento abandonado por estos sediciosos. Lo peor, durante un confuso incidente, murió la pequeña caso, y no solo eso, sino que además sus hermanos fueron traídos a lima, prácticamente secuestrados y esto es lo más grave, por fuerzas y autoridades del gobierno.

La población del lugar reconoció que el sitio es transito obligado de  terroristas, pero en ningún momento que la madre de la menor muerta y los niños traídos a lima, eran o tenían relación alguna con sendero luminoso. Es más ninguno de los pobladores, eran senderistas. Fueron dramáticas las imágenes de cómo la pequeña fue enterrada, sin presencia de su madre; por encontrarse en lima, reclamando a sus hijos de las manos del gobierno; ni del padre, quien esta desaparecido.

Solo se vio un pueblo indignado, que pedía se esclarezca la muerte de una niña y que hoy en día tienen en sus mentes la imagen de un ejército represor, abusivo, y criminal, cosa que debilita la lucha contra el terrorismo en el país.

Es una maraña de mentiras tejidas alrededor de un operativo de rescate fantasma, y que se une a los expedientes del mal llamado operativo Libertad, a las muertes de campesinos por el proyecto minero conga, a.los negociados de Alexis Humala, las declaraciones y proyectos feudales y gamonales de Antauro Humala, entre otros casos.






EL EDITOR.











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